sábado, 8 de abril de 2017


         ¡Cuánta gente me rodea, cuánta me gusta y no me gusta! Somos tan selectivos que a veces nos volvemos intolerantes. Yo no puedo cambiar el mundo, no te puedo cambiar a ti… pero yo… ¿puedo cambiar? Ese es mi trabajo. Quizás lo consiga o quizás no. Todo lleva su tiempo y yo sé que, quizás, muchas veces no hago lo correcto: juzgando, cuestionando… No puedo remediar que alguien no me caiga bien o que no esté en mi misma sintonía; pero desde el respeto dejaré que haga su camino y espero lo mismo por su parte. Y quizás, en un punto y en un espacio, volvamos a coincidir y serenamente nos miraremos y todas muestras diferencias se habrán disipado saludándonos, entonces, con un NAMASTÉ…
M.C.C


No hay comentarios:

Publicar un comentario